viernes, 19 de septiembre de 2014

2006 – 18 DE SEPTIEMBRE – 2014

   Este 18 de septiembre se cumplen 8 años de la segunda desaparición de Jorge Julio López, testigo y querellante en el juicio por delitos de lesa humanidad “circuito Camps” que condenó por genocidio al represor y ex comisario Miguel Etchecolatz.
   La plaza principal de Berisso, lleva el nombre de este compañero, albañil, jubilado, militante político.
   El Centro Cultural Los Hornos, fue el primer lugar que llevó el nombre de Jorge Julio López, valiente  testigo contra las fieras genocidas que lo secuestraron la 1° vez  y victima nuevamente en democracia del impune accionar  de los parapoliciales.
   Seguramente y como denunciamos permanentemente desde los distintos organismos de DDHH, están complotados personal retirado y en actividad  de las fuerzas de seguridad.
   La falta de una respuesta concreta de la justicia y la inacción del poder político nos abruman…
   Nos sumamos y adherimos a este año, como los anteriores al reclamo por JORGE JULIO LOPEZ. Y junto a las diversas Asociaciones, organizaciones, partidos, etc., de todo el Paìs y del exterior  reiteramos nuestro compromiso para que no gane, ni el silencio, ni el horror, ni la impunidad.
  • Porque a 8 años de su segunda desaparición forzada, en la causa Lopez no hay ningún imputado, ni procesado, ni detenido.
  • Porque de los 18 represores mencionados por López en su testimonio ninguno fue investigado, y sólo están detenidos Garachico y Ponce en otras causas.
  • Porque el allanamiento judicial a los genocidas detenidos en Marcos Paz fue sólo una requisa cantada, y la agenda secuestrada a Etchecolatz nunca se indagó.
  • Porque ante la inacción de la justicia  y el silencio del poder político en el caso, en los últimos años fuimos  las organizaciones querellantes las que aportamos novedades a la causa.
  • Porque ante la presentación masiva de Habeas corpus, que impulsamos el año pasado, la respuesta de la justicia fue nula y, en algunos casos, hasta "omitía" reconocer que López fue secuestrado durante la última dictadura.
  • Porque el Estado sigue desconociendo el accionar de sus fuerzas represivas, y aunque incorporó la figura de desaparición forzada a su ordenamiento legal, los casos se siguen produciendo.