Probar el genocidio
Dentro de la megacausa de Campo de Mayo están condenados Santiago Omar Riveros y Reynaldo Bignone. Sin embargo, los abogados se quejan por la forma que tomó la instrucción de la causa, producto de la fragmentación y dispersión de los casos.
Además piden que se juzgue a los imputados por el delito de genocidio, ya que al haber tan pocos sobrevivientes, los testimonios son escasos y parciales.
“Se sigue tratando a los casos por separado y no como un aparato organizado de poder que cometió una serie de delitos en el marco de un mismo genocidio. Son juicios parciales, los tratamientos son caso por caso, y eso lo que hace es endiablar la prueba. A su vez, tenemos muchos sobrevivientes que no saben donde estuvieron e infinidad de compañeros que todavía nadie puede decir a dónde los llevaron”, argumenta Jorge Briozzo, uno de los abogados querellantes.
“Es necesario probar el genocidio, no ya como figura histórica cultural que todo el mundo reconoce, sino como figura jurídica, incluso con sus bemoles y deficiencias. Esto a su vez es complicado, porque en Argentina no cambió el Poder Judicial, muchos jueces de hoy eran secretarios de la dictadura. Siempre es más fácil condenar al verdugo que al juez que dio la orden, es el brazo más débil”, sostiene Briozzo.
Publicado el 22 de Enero de 2012.-Además piden que se juzgue a los imputados por el delito de genocidio, ya que al haber tan pocos sobrevivientes, los testimonios son escasos y parciales.
“Se sigue tratando a los casos por separado y no como un aparato organizado de poder que cometió una serie de delitos en el marco de un mismo genocidio. Son juicios parciales, los tratamientos son caso por caso, y eso lo que hace es endiablar la prueba. A su vez, tenemos muchos sobrevivientes que no saben donde estuvieron e infinidad de compañeros que todavía nadie puede decir a dónde los llevaron”, argumenta Jorge Briozzo, uno de los abogados querellantes.
“Es necesario probar el genocidio, no ya como figura histórica cultural que todo el mundo reconoce, sino como figura jurídica, incluso con sus bemoles y deficiencias. Esto a su vez es complicado, porque en Argentina no cambió el Poder Judicial, muchos jueces de hoy eran secretarios de la dictadura. Siempre es más fácil condenar al verdugo que al juez que dio la orden, es el brazo más débil”, sostiene Briozzo.
Fuente: Tiempo Argentino - Agencia de Noticias DH.23/01/12.-
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